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El Lic. Esteban Gomez invita a pensar si podemos salir del mandato social que empuja a que nuestros hijos consuman y no se aburran, cueste lo que cueste.

La palabra Di-versión, implica dar una segunda versión de algo, en este caso la aplicaremos a nosotros mismos. ¿Podemos darnos otra versión como padres y madres?, ¿Podemos hacer otra versión de estas vacaciones de invierno? Todo mandato social tiene una inercia y una fuerza que traspasa generaciones, pero es posible detener su producción y reproducción. Nos cuesta mucho salir de la huella, animarnos a pensar, ser y hacer de formas novedosas. El miedo nos paraliza. El mandato social empuja a gastar, salir al shopping, consumir y hacer que nuestros hijos e hijas no se aburran, que ocupen el tiempo y no se enojen. Mi propuesta es “Diversionar el mandato social”, haciendo cosas diferentes, de formas diferentes y con contenido diferente. Podremos leer con ellos algo que les sea de interés. La lectura, aunque no estemos acostumbrados a ella, es una oportunidad para hablar, comentar y debatir luego, “estirando” el tiempo compartido. Rescatar los juegos de mesa, las cartas, dados, batalla naval, el dígalo con mímica y tantos otros.

Muchas veces somos los adultos los que ponemos primero el obstáculo: “Se van a aburrir con esto”, “este juego es antiguo no les va a gustar” y algunas otras tonterías más que, inconscientemente nos sirven para quedarnos en nuestra zona de confort, allí donde no se modifica nada. Cocinar puede ser otra opción di-vertida, amasando pizzas, haciendo un fueguito que tanto les gusta a los pibes, aunque sea “para tirar 4 patys”, lavar el auto, salir a andar en bici y por qué no? ayudar en las tareas de limpieza de la casa, algo que seguro no hacen habitualmente.

Escucho a muchos papás y mamás que se angustian con el aburrimiento y el enojo y entonces rápidamente salen a “tapar” el agujero con objetos o distracciones para silenciar llantos o críticas. El ocio y el silencio son necesarios en para toda lógica significante y muy necesarios para procesos cognitivos y madurativos. De lo contrario la población de adolescentes y jóvenes caprichosos, narcisistas e inconformistas seguirá en aumento.

¿Qué necesitan realmente nuestros hijos e hijas? ¿Cuál sería el mejor regalo para estas vacaciones de invierno? Claramente: Nuestro tiempo. Las excusas abundan: “Llego cansada”, “no tengo energía”, “estoy preocupado por la economía”, “se me rompió la moto” y cientos de escusas más. Y así, millones de niñas y niños quedan abandonados al mandato social de las pantallas, los celulares, el aburrimiento sin consumo, la compu y la play. Abandonados a un “cercano vacío existencial”, algo que cada día más escuchan y diagnostican, pediatras, psicoanalistas, psicopedagogos y docentes.

Por último te propongo salir también del mandato de la queja. Seguro que hay que sacar nuevas fuerzas y ser más creativos que nunca, pero ellos no pidieron encarnar, fuimos nosotros los que los trajimos a este mundo. Ellos merecen nuestro cambio.

Lic. Esteban Gomez Psicoanalista UBA

MN 25.591 MP 25668

Publicado el jueves 25 de julio de 2019

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