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En tiempos de pandemia surgen muchos interrogantes, tenemos tiempo y a veces no sabemos cómo usarlo y buscamos una y otra cosa, a veces buenas y otras no tanto. La pandemia nos ha dado una posibilidad muy grande de conocernos más cada uno y también de compartir más con los que están con nosotros en casa.

Como nos cambio todo

Tal vez hasta ahora, pensaste en los cuatro días que el almanaque te regala a fines de marzo o en los primeros días de abril. Ya habías imaginado, al final de las vacaciones, que estos días te vendrían más que bien. Tal vez ya habías hecho planes de dónde y con quién ibas a pasar estos días, tal vez ya habías reacondicionado la carpa, la mochila, las tablas de surf, la ropa. ¡Qué lejos parece todo esto! ¡Cómo nos cambió la vida desde los primeros días de marzo, algo que parecía lejos –en la China como decimos muchas veces- vendría a nosotros y para quedarse por un tiempo! Si hasta nos reíamos de lo que “pasaba al otro lado del mundo”.

Hoy quiero invitarte a vos, que a lo mejor estás leyendo esto con cierta indiferencia, a que te detengas y pienses en lo que significan estos días. Son días para hacer memoria de las maravillas que el Señor obró en cada uno y lo más importante, la salvación que nos alcanzó. Tal vez me puedas preguntar ¿maravillas? ¿Salvación? ¿Y esta pandemia?
Somos tan olvidadizos y también tan quejosos que pronto, en medio de las pruebas, nos olvidamos de todo lo que Dios obra en nosotros.

Vamos a recordar algunas cosas

Naciste, dejando de lado como fue tu nacimiento, NACISTE, ¡cuántos no han nacido! Y tenés vida y no porque hayas hecho algo para ganártela
Tenés una familia que tampoco es poca cosa, en algunos casos se parecerá más a la Familia Ingals, donde todo es dulzura y en otras a los Pérez García, llenos de problemas.
Tenés un plato de comida, ropa para vestirte, algo de dinero para darte unos gustos y también internet porque de lo contrario, no estarías viendo esta publicación.

¿Seguimos? Creo que ya hay motivos más que suficientes. Tal vez en esta oportunidad no tenemos todo lo que hubiéramos querido pero, detenete un momento a pensar qué es lo que querías y qué es lo que podés tener hoy.
¿Cuánto hace que no compartías en familia unos días en casa? Cuando vos estabas a lo mejor no estaban los demás y tu hogar parecía más un hotel.
Hoy podrás mirar la Pascua de otra manera, detenerte en lo que va pasando cada día, profundizando los momentos centrales de nuestra fe, y si por ahí no los recordás bien preguntale a tus mayores: padres, abuelos para que te digan cómo viven su fe (de esa fe -que entre nosotros- muchas veces te burlaste porque eran cosas de viejos) y aprende a vivirla vos también. No consultes en los buscadores de internet, porque en estos días suele haber de todo y mucho de ellos, son fake news.
Celebrá en casa la gran fiesta cristiana, ¿no eres cristiano? Celebrá al ser superior en el que creas, tantas muestras de amor que te da cada día con un nuevo amanecer, una flor que muestra toda su belleza o el canto de algún ave que los ruidos humanos no dejaban escuchar. ¿Viste? Todo eso estaba pero no nos dábamos cuenta.

Ir a lo importante

¿Estás preocupado por los huevos de pascua o la rosca? Eso es nada comparado con todo lo que se te ha dado. Recapacitá y pensá. No podrías cambiar o agregar un instante a tu vida. Viví el momento que se nos regala de esta manera tan especial, en familia.
Quiero desearte que puedas vivir estos días de una manera nueva, despojándote de todo aquello que es pura cáscara y que sólo nos da “un minuto de gloria”, ¡cuántas veces perdimos el tiempo en tonterías! ¡Cuántas veces nos hicimos daño para figurar y no quedar fuera de los grupos, que enjuician con un “me gusta” o “no me gusta”! Valés mucho más que eso, “lo esencial es invisible a los ojos” –decía El Principito-.

Quiero desearte que conserves lo que realmente vale: los buenos ejemplos, el servicio, la solidaridad, la responsabilidad en las obligaciones de cada día, el respeto por los mayores, la familia, la vida…
¿Qué vas a hacer de novedoso en estos días de lo que puedas sentirte orgulloso no sólo hoy sino toda tu vida?
Por ahí ese abuelo o abuela que está solo y necesita algo o a lo mejor solo compartir un momento. No importa si ya te contó lo mismo una vez y otra, y otra… Tal vez, ella no tenga las posibilidades que tenés vos de encontrarte aunque más no sea “virtualmente” con otras personas.

Aunque no podamos expresar con un abrazo lo que sentimos por el otro, regalale tiempo en expresar con una llamada, todo lo que sentís por esa persona. Sugiero que no uses los emoticones del celu o de la compu porque, estoy seguro, no llegan a expresar todo lo que vos quisieras expresar.
Quiero desearte que la fuerza de la Resurrección de Cristo te transforme totalmente, te llene de vida hasta el último rincón del corazón y te haga una persona totalmente nueva. Disfrutá de tu familia, particularmente de las personas mayores.Evita aislarte, porque la Pascua es comunidad, es encuentro, es vida, todo lo contrario de lo que a veces nos venden los medios.
A vos que llegaste hasta aquí en tu lectura, quiero expresarte mi mejor deseo de alegría y paz, y, si compartís mi fe, que Cristo resucitado te llene de su luz.
Vos desde tu casa y yo desde la mía, vivamos estos días con mucha alegría. No estés triste ya llegarán días de plenitud, de salud y de paz; para vos, los tuyos y para todos, días sin angustia, sin miedos, sin desesperanzas. De vos depende…

Nota: Las opiniones de este artículo son exclusiva responsabilidad del autor

Publicado el sábado 11 de abril de 2020

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