Zoom: La app que revolucionó la manera de dar clases

En tiempos de distanciamiento social, las plataformas de videollamadas han cobrado un rol protagónico durante las últimas semanas. Todas con un único objetivo: seguir comunicados.
Una de las más conocidas entre ellas es Zoom, una app originalmente diseñada para trabajadores de empresas que requerían concretar reuniones sin la obligación de estar presencialmente en una oficina. Si bien aún se sigue usando con ese fin, un importante sistema se sumó a este rincón virtual: el educativo. La gran mayoría de los estudiantes universitarios y secundarios argentinos prefieren esta herramienta no solo porque posee un plan gratuito, sino también por lo práctica que es a la hora de utilizarla.

Zoom nació en Estados Unidos en 2011, pero no fue hasta abril de este año que se convirtió prácticamente conocida en todo el mundo al quintuplicarse la cantidad de usuarios registrados. Lo que llevó este programa al éxito fue la posibilidad de interactuar con muchas personas al mismo tiempo ya sea a través video-llamada o solo audio -como si fuera un teléfono.

En su plan gratuito, esta plataforma permite conectarse con hasta cien personas por un límite de cuarenta minutos -finalizados estos se debe reanudar la comunicación-, una opción muy cómoda para los profesores que desean impartir sus clases durante la cuarentena. Además, Zoom posee una herramienta que permite “levantar la mano” durante la llamada, esto favorece lograr una mejor organización entre los alumnos que desean evacuar sus dudas y el docente.

Otra facilidad que tiene esta app es la posibilidad de compartir pantalla. Esto es útil cuando el educador precisa mostrar un Power-Point, un video o simplemente explicar elementos que solo pueden ser visibles en la computadora de éste.
Por otro lado, Zoom también logró posicionarse en lo alto gracias a que no es necesario que todas las personas que quieran unirse a una videoconferencia tengan que estar registradas, solo basta con que lo esté quien la organiza, en este caso el docente. Luego, este se encargará de compartir un link con sus alumnos que funciona como “llave” para ingresar a la clase.

Aún así, si lo que se busca es tener más herramientas o si los cuarenta minutos de duración del plan básico son escasos, se ofrecen otras opciones -pagas, claramente- que se ajustan a las distintas necesidades. Por ejemplo, existe la opción Pro que cuesta U$S 15 e incluye veinticuatro horas ininterrumpidas de charla, o la Business que
sale cinco dólares más y permite interactuar hasta con trescientas personas.

No todo es de color de rosas

Varios usuarios han reportado distintas fallas con respecto a la seguridad y privacidad. Un caso que resonó en las últimas semanas fue en Neuquén, cuando durante una videoconferencia de la Universidad de Flores (Uflo), en la que estaban presentes alrededor de ciento cincuenta personas, un usuario desconocido filtró un vídeo que contenía escenas ligadas a la pedofilia.

Para evitar esta clase de inconvenientes relacionados a la seguridad, los especialistas recomiendan seguir una serie de pasos. Uno de ellos es actualizar la app con la mayor frecuencia posible, ya que cada nueva versión posee mejoras en la encriptación de datos.

Otros consejos son no compartir el link de acceso en cualquier red social; descargar la plataforma desde un sitio autorizado -como lo son Google Play o App Store-; y que el organizador de la videoconferencia establezca una clave para que los demás estén obligados a conocerla antes de acceder a ella y así evitar que se cuelen usuarios ajenos. Hasta la próxima!

Publicado el martes 19 de mayo de 2020