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Todas y todos aquellos que nos dedicamos a algún tipo de tarea pedagógica sabemos que los imprevistos son parte de lo cotidiano. Sabíamos también que la cuarentena era algo nuevo y de una extensión incierta, pero jamás sospechamos que llegaríamos a los 5 meses de duración.

Todo se puso a prueba

En ese contexto institucional y socio-familiar debimos recurrir a toda herramienta profesional y experiencias previas.
En el grupo de adultos formadores del Club Luján comenzamos por reunirnos varias veces vía zoom para “barajar y dar de nuevo”. Así llegamos a la conclusión que sería importantísimo el sostenimiento de las rutinas de entrenamiento y el lazo social entre los pibes y entre las familias, el club y nosotros.
No fue fácil, porque salvo los “millennials”, ninguno de “los veteranos” teníamos demasiado contacto con las plataformas online ni con los dispositivos tecnológicos, pero nos animamos. Superar el obstáculo de la imagen, el exponerse y el trabajar con pibes por medio de una pantalla fue todo desafío.

La importancia de lo básico

En todo desarrollo cognitivo y social el ser humano entra en contacto y relación con su realidad. El afuera inquieta, desafía y nos obliga a transformarnos. En resumen ese sería el ABC del proceso enseñanza-aprendizaje que se da primero en casa y luego en las instituciones educativas, incluidos los clubes.
Los docentes saben que se necesitan generar en los alumnos, tres ingredientes básicos: Curiosidad, Predisposición y Hábito para que el proceso sea exitoso. Es en esos requisitos en los que nos enfocamos: No perder la rutina, la motivación y facilitar el acceso digital a la mayor cantidad de jóvenes deportistas. La rutina y la agenda diaria ordenan, dan contención y favorecen la puesta y ejecución de objetivos. Eso aplica para la práctica de cualquier deporte pero también para la escuela y el futuro mundo del trabajo, al cual teóricamente, todos los chicos y chicas que pasan por un club tienen en su horizonte.
La práctica de un deporte, de un arte marcial o el estudio de un instrumento musical exigen primero y terminan generando después, todas esas herramientas que le dan un plus a un adolescente. Ese plus es muy útil a la hora de la universidad y de un trabajo.
Con esa brújula planteamos una serie de 6 días de práctica física, 3 encuentros online todos juntos guiados por los profes y 3 practicas por su cuenta en horarios libres. Una serie de charlas técnicas y tácticas a la semana con los Dt. donde también hay proyección de videos de partidos. También incorporamos un espacio para la psicología, para la nutrición y para la orientación a las familias.

No perder lo competitivo

¿Cómo sostener eso que a los pibes les encanta? ¿El entrenamiento en la semana, los nervios el día previo, el viaje en micro y el tan ansiado y soñado partido? Allí está el gran tema para la formación en “deporte de alta competencia”, a diferencia de lo que se llama “deporte social”.
La creatividad vino a nuestro auxilio y se generaron numerosos espacios de competencia interna. El espacio se dividió en intra-categorías y otro espacio para competir entre las 6 categorías. Juegos con y sin pelota, chistes, prendas, preguntas y respuestas, juegos con las familias y toda aquella herramienta que el grupo de jóvenes profesores supo realizar.

La competencia no lo es todo

El futbol profesional se transformó en la nueva meca, en el paraíso posible o en la tabla de salvación para millones de personas que sueñan con ser estrellas millonarias y con fama mundial. Esa fachada postmoderna de éxito sin límite es falsa y tiene una contracara de cientos de miles de historias de frustración, enojo y fracaso que muy pocos cuentan.
Sabemos que la gran mayoría de los chicos que juegan en el futbol juvenil en clubes federados y aun en los de primera división no llegarán a ser futbolistas profesionales. Pero todos, absolutamente todos están llamados a ser Ciudadanos, Esposos, Padres, Trabajadores y por qué no, Líderes sociales honestos y éticos, que tanta falta nos hacen. Esto lo decimos desde el primer día que los recibimos en la 9º división, desde ese momento cada tanto lo repetimos en las charlas con ellos y con sus padres y madres.
Por eso lo formativo del deporte es tan importante para una sociedad. Porque da valores, enseña a perder, fortalece frente al fracaso, enseña el respeto, genera cooperación y por sobre todo: Genera Lazo Social entre chicas y chicos de diferente estrato socio-cultural.

El Arma Secreta: La Familia

Se ha mencionado mucho la metáfora del Covid-19 como un enemigo invisible y también la de una guerra, la de las trincheras y algunas otras. Hoy les muestro algo que de tan obvio parece una novedad.
En una realidad social de des-esperanza, pletórica de miedos a contagiarnos o a perder el trabajo. En una realidad que saca lo peor de nosotros, el apoyo en lo familiar es maravilloso.
En cualquier club podemos observar qué pasa cuando a un pibe se lo acompaña y cuando viene solito al predio, cuando el papá le grita y lo denigra en una competencia y cuando lo abraza aunque no haya atajado el penal. También observamos quiénes son los que abandonan por presión e idealización familiar y quiénes se sostienen en el esfuerzo y sacrificio más allá de sus habilidades o dones.
En estos 5 meses hemos podido generar una sinergia y un humilde acompañamiento entre el club y las familias. Y como siempre reflexiono, aquella piba que tiene cerca a mamá, a papá o a algún abuelo tiene más de la mitad de su recorrido hecho. Tratamos de escuchar a los papás y las mamás, dando sugerencias, apoyándonos entre todos y sin perder los dos objetivos más importantes: cuidarnos de la pandemia y no aflojar con la escuela. Y luego sostener la práctica deportiva a como de lugar.
No sabemos cuánto más quedará de cuarentena, no sabemos si habrá competencia este año, y tampoco sabemos en qué condiciones volveríamos a entrenar. Pero sí sabemos que para algunos de nosotros y para algunas familias hemos tenido la posibilidad cierta de haber crecido.
Hemos podido armar equipos, estamos enfrentando la adversidad, el miedo, la impotencia y estamos trabajando la aceptación y la adaptación a lo nuevo. En familia, juntos en casa, entre pelotas, celulares y pan casero…

Nota: Las opiniones de este artículo son responsabilidad del autor.

Publicado el viernes 31 de julio de 2020

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