
¿Por qué soy feminista?
Opinión: Daniela Cooper, docente y militante de izquierda
El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, a ese día se lo utiliza para darle voz a las trabajadoras de
todo el mundo que reclaman por mejores condiciones laborales, se organizan colectivamente en la lucha por conquistar derechos y se
paran frente a lo que fuera necesario para romper con las normas establecidas que históricamente benefician a los hombres y a las
clases sociales más altas.
No es casualidad que estas manifestaciones sean parte de procesos tan profundos y contundentes. La pelea es contra el capitalismo que
junto al patriarcado son los regímenes que nos explotan y oprimen en todos los ámbitos que las mujeres podamos mencionar: La familia y la
crianza, el trabajo, el estudio, las relaciones amorosas, la vida pública y las relaciones sociales, la participación sindical, etc.
Estoy convencida que todo esto hace que dentro nuestro y desde muy chiquitas vaya creciendo una pulsión, la del feminismo.
El feminismo avanza y crece en la historia, y la característica distintiva
de esta oleada feminista, es la de ser un feminismo anticapitalista, anticlerical, antipatriarcal, ecologista e internacionalista. Es decir
peleando en todos los aspectos políticos que rigen a la sociedad actual. El feminismo es un movimiento político, que quede bien claro.
Precisamente por eso, una de las peleas del feminismo se centra en que las mujeres accedan a más espacios de poder dentro de las
organizaciones sindicales, partidos políticos, cargos y funciones en el estado y el gobierno.
Y no solo más mujeres en esos lugares. Necesitamos más feministas que den los debates y discusiones a la hora de disputar el poder, para
después, poder generar políticas que combatan los flagelos que atravesamos día a día las mujeres y disidencias.
Ser cosificadas y violentadas, sufrir mayor precarización laboral, ser las más atacadas en los ajustes económicos, seguir sin poder decidir
sobre nuestros propios cuerpos y recibir el mandato de la maternidad obligatoria. Estos son algunos de esos flagelos.
Somos víctimas de todo eso, pero también somos nuestras propias salvadoras. Nos agrupamos, organizamos, marchamos, reclamamos y
proponemos políticas para revertir todo aquello. Provocamos y participamos masivamente en los hechos políticos y sociales, y somos
las que generamos las leyes que necesitamos, como el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo que ya presentamos 8
veces en el congreso con la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, siendo el proyecto que queremos que
se vote y no otro.
En lo personal no solo por ser mujer soy feminista, también lo soy porque soy socialista, socialista revolucionaria, y quizás por eso es
que aún cuesta más acceder a esos espacios, porque el feminismo socialista no negocia nada para llegar a ningún puesto ni lugar,
nuestra disputa es contra el capitalismo y los pilares que lo sostienen, las burocracias sindicales y los partidos burgueses.
Hemos logrado en estos últimos años retomar el 8 de marzo como una jornada de lucha, y progresamos convocando a Paros Internacionales
de Mujeres como va a ocurrir este 9 de marzo.
Ese día mujeres de todo el planeta vamos a unificar nuestras luchas, desde exigir más jardines maternales hasta reclamar por el aborto
legal.
Todas las luchas dadas en el sentido de desterrar al patriarcado y al capitalismo son necesarias e importantes, salir a las calles este lunes
es indispensable, ese lugar donde tanta violencia sufrimos es el lugar que nos va a dar los triunfos también.
Publicado el domingo 8 de marzo de 2020