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El 30 de octubre de 1983, la Nación Argentina elegía un nuevo presidente: Dr. Raúl Alfonsín, gobernador: Dr. Alejandro Armendáriz e Intendente de nuestro municipio: Contador Rubén Darío Rampazzi. La Democracia de la mano de la UCR le devolvía al pueblo argentino la fe, esperanza, libertad, los Derechos Humanos. Renacía la Democracia.
Hasta aquí, el escenario político argentino había sido siempre inestable. Desde el 6 de septiembre de 1930, la Argentina tuvo veinticuatro Presidentes, seis golpes de Estado triunfantes de las Fuerzas Armadas contra gobiernos elegidos de acuerdo a cada época.

La caída de Yrigoyen fue el primer golpe militar, el 6 de septiembre de 1930. El golpe más nefasto fue el 24 de marzo de 1976, a través del llamado “Proceso de Reorganización Nacional”. La degradación de la autoridad del Estado fueron las desapariciones, la violencia, el exilio.

Raúl Alfonsín fue: abogado, político, estadista y promotor de los derechos humanos argentinos. Fue concejal de Chascomús, diputado provincial, diputado nacional, senador nacional y presidente de la Nación Argentina (10 de diciembre de 1983- 8 de julio de 1989), y fue Convencional Constituyente por la provincia de Buenos Aires (1994). Dirigente de la Unión Cívica Radical y de la Unión Cívica Radical del Pueblo.

Se desempeñó como vicepresidente de la Internacional Socialista. Había estrechado contactos con sectores de centro – izquierda, como el socialismo al frente de su amigo Guillermo Estévez Boero y desplegó un pensamiento social demócrata dentro del radicalismo, que atraía a la juventud.
Frente a la dictadura expresaba; “Elecciones libres y sin proscripciones” como alternativa a otra consigna: “Ni golpe, ni elección: revolución”

Raúl Alfonsín se definió como línea interna progresista frente al balbinismo- unionismo (Ricardo Balbín), que expresaban una actitud más conservadora. En septiembre de 1972 en Rosario se creó el Movimiento Renovador Nacional, reclamando un programa de carácter nacional, popular, democrático y liberador y Raúl Alfonsín fue proclamado precandidato presidencial en las internas de la UCR. A este acto, fuimos un grupo de jóvenes radicales con el Dr. José Ignacio Gorostegui, dirigente radical de Luján, luego diputado nacional en 1983, y continuamos con este Movimiento de Alfonsín, siendo Luján el primer distrito que lo acompañó desde su comienzo. El contacto de Luján con el líder radical nunca se perdió.

En 1972 en las elecciones internas de la provincia de Buenos Aires se impuso Ricardo Balbín para presidente del Comité Nacional Radical. Y también en las internas para elegir la fórmula presidencial: Balbín- Gamond contra Alfonsín – Storani.
En 1973 la Unión Cívica Radical perdió las elecciones ante Juan Domingo Perón. Luego Alfonsín amplió el sector que conducía y quedó creado el Movimiento de Renovación y Cambio con un nuevo programa y el establecimiento de una democracia social.
El 18 de diciembre de 1975 (tres meses antes del golpe militar de 1976- 1983) Alfonsín fue una de las personalidades que fundaron la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos( APDH), la primera creada en Argentina para hacer frente a las violaciones de los derechos humanos que habían comenzado con la Alianza Anticomunista Argentina(AAA o Triple A).

Esta asamblea trabajó en defensa de los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad del proceso de la dictadura. No podemos desconocer que fue el propio Alfonsín parte de la responsabilidad del juzgamiento de estos crímenes y la realización del Juicio a las Juntas, precisamente en su presidencia. Tampoco olvidemos que durante la dictadura, ofreció gratuitamente sus servicios de abogado para defender contendientes y presentar Hábeas Corpus por los detenidos- desaparecidos.

Realizó múltiples viajes, ante los dirigentes de la Internacional Socialista, denunciando la violación a los derechos humanos de nuestro país.
En 1976 fundó y dirigió la revista Propuesta y Control, una de las pocas opositoras en años del gobierno militar.
En 1982, ante la guerra de las Malvinas, Alfonsín y el ex presidente Arturo Frondizi, fueron los únicos políticos que se opusieron a esta guerra. Sostenía que esta ofensiva fortalecía la dictadura y le exigió al gobierno militar dar información cierta del conflicto.

La derrota en las Islas Malvinas, los problemas económicos del país, el escenario de la represión y los desaparecidos marcaron el camino a las elecciones. Los candidatos: Raúl Alfonsín y Víctor H. Martínez, triunfaron sobre el partido justicialista: Ítalo Argentino Luder y Deolindo Felipe Bittel.

Durante la campaña, Alfonsín denunció el denominado “Pacto militar- sindical”, supuesto acuerdo entre representantes de sindicatos y militares que ya abandonaban el poder, al frente de Reynaldo Benito Bignone.
La campaña de Alfonsín transmitió una imagen de paz, evitando conflictos, gestos de violencia o discursos agresivos. Sectores de la Juventud peronista tenían la consigna: “Somos la rabia”, la Juventud radical” Somos la Paz”. Resaltaba su mensaje democrático cerrando sus discursos en los actos con el Preámbulo de la Constitución Nacional. El cierre de la campaña del PJ se enfatizó con la quema de un ataúd con las siglas de la UCR.
En las elecciones triunfó obteniendo el 51,7% de los votos frente al 40,1% del peronismo. El pueblo había votado su propuesta de construir un Estado de Derecho, al cual los poderes corporativos, como las FF.AA, Iglesia y Sindicatos, deberían someterse y consolidar un nuevo sistema político.

Se logró la libertad de expresión, opinión, una sociedad participativa, y pluralista. Se realizó un programa de alfabetización masiva, el Congreso Pedagógico, la eliminación de la censura en las actividades artísticas. Hubo transformaciones en la Universidad y en el sistema científico. Volvieron los intelectuales del exilio. Se promovió la ley de divorcio vincular y la patria potestad compartida. Se implementó el «Plan Alimentario Nacional» (PAN), que se hizo conocido por su Cajas PAN, como solución de emergencia a la situación económica. Se creó el Banco Nacional de datos Genéticos en la Argentina (BNDG), se dictó la Ley sobre Política Indígena y Apoyo a las Comunidades Aborígenes. En abril de 1986, invitó a los argentinos a “avanzar hacia el sur, el mar y hacia el frío” anunciando el traslado de la capital al área patagónica.

Sostuvo una activa política exterior implementada por su ministro de Relaciones Exteriores Dante Caputo. Las prioridades fueron fortalecer el sistema democrático en Argentina, evitar la Guerra Fría y no perder la seguridad nacional, impulsar el proceso de democratización regional, resolver cuestiones de límites, tener una mayor capacidad negociadora regional frente a las grandes potencias. Caputo fue elegido presidente de la Asamblea general de las Naciones Unidas en 1989.

Para Alfonsín garantizar la paz con Chile fue una cuestión prioritaria. Escribió: “Ni bien comenzó el gobierno […] di precisas instrucciones para que se avanzara en la búsqueda de una solución para el diferendo austral” Firmó en la Ciudad del Vaticano, el 23 de enero de 1984 una Declaración Conjunta de Paz y Amistad, en la que los dos países se comprometían a buscar una solución “justa y honorable para el conflicto, de forma pacífica”.
Buscó consensos internos y evitar que se fortalecieran los militares y grupos golpistas en ambos países. El 25 de noviembre de 1984 se realizó un plebiscito y triunfó el “Si” con 82, 32%. El 29 de noviembre de 1984 se firmó el Tratado de Paz y Amistad con Chile.

Inició el proceso de integración de argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay que derivó en el Mercado Común del Sur (Mercosur)
El 15 de diciembre de 1983, Alfonsín sancionó dos decretos por el que se ordenó enjuiciar a los dirigentes de organizaciones guerrillera ERP y Montoneros, y procesar a las tres Juntas Militares y creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de persona (CONADEP), formada por personalidades independiente: para relevar, documentar, registrar casos y pruebas de violaciones de derechos humanos, e iniciar el juicio a las Juntas militares. Destacamos y valoramos: “Nunca Más”

La Ley de Punto final y Obediencia Debida provocó una protesta y rechazo. El gobierno de Alfonsín estuvo amenazado por sectores de las Fuerzas Armadas que se negaban a aceptar las medidas del presidente: rebeliones, sublevaciones, amenazas etc. fueron una constante, enfrentado por Alfonsín en persona. Cuando tomó el poder presentó un proyecto gremial, que abrió un conflicto con los sindicatos, al enviarlo al Congreso, conocido como “Ley Mucci”, para incluir a las minorías en los organismos de dirección de los sindicatos. Aprobado en Diputados y rechazado en Senadores. El proyecto unió a los sindicatos y confrontaron con el gobierno. Hubo 13 huelgas generales organizadas por la CGT, políticas y una forma directa de entorpecer la acción del gobierno radical.

Su política económica estuvo marcada por una deuda externa muy alta, que entró en default en 1988,  iniciada durante la dictadura militar y una alta inflación que llegó a la hiperinflación en mayo de 1989. La recesión económica, el creciente rechazo de los líderes sindicales, la falta de apoyo de grupos empresariales y el temor a otra sublevación militar, influyeron para adelantar las elecciones para el 14 de mayo.
Con esta medida buscaba apaciguar la situación del país. Carlos Menen triunfó con el 47% de los votos, frente al candidato radical, Eduardo Angeloz.

La situación no se calmó; las presiones de sindicatos, empresarios y militares continuaron.  Su convicción de que debía sacrificar su mandato para que la Democracia se mantuviera en el país, Alfonsín anunció la entrega anticipada del mandato, el 8 de julio de 1989. Se cumplió la primera sucesión entre dos mandatarios presidenciales civiles de distintos partidos desde 1916.
El diario Ámbito Financiero de Buenos Aires publicó luego una nota de análisis titulada “Golpe de Mercado”.
Queda mucho por escribir y analizar.

¿Cómo se lo reconoce a través del tiempo? Como “el Padre de la democracia moderna Argentina”.
Nos dejó valores de honestidad, sencillez, respeto por la política como instrumento de cambio, pero basada en el diálogo, en las búsquedas de consensos y acuerdos.
Con aciertos y errores, la Democracia se fue afianzando en el sentimiento de la población. Muchas son las frustraciones que vivimos, pero muchas son las esperanzas para construir la Democracia que soñamos. El desafío y la responsabilidad nos competen a todos porque somos protagonistas. No dudamos que todavía se deben descartar viejas formas políticas que debilitaron la Democracia. El pasado nos enseña, el presente lo debemos seguir construyendo día a día y el futuro depende de todos.

Que estos 37 años de aprendizaje de vida Democrática nos reúna y nos una como ciudadanos argentinos. No podemos predecir los acontecimientos que sucederán, “pero podemos soñar y trazar el país que queremos que sea”.
Felicito a los actores que construyeron la Democracia nacida en 1983, un recuerdo a la memoria de Raúl Alfonsín.
Elevo un voto de confianza a los jóvenes que reconstruyen la fe, la esperanza y el valor de vivir en libertad. Que la Argentina que continúa la vida Democrática siga el camino de la reconciliación, el diálogo, el respeto a la diversidad de opiniones, las prácticas políticas honestas, claras y virtuosas.

Nota: Las opiniones de este artículo son responsabilidad de la autora.

Publicado el viernes 30 de octubre de 2020

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