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Salir de lo establecido, romper las seguridades y comodidades del pensamiento lineal, provocar el pensamiento crítico o dejarnos in-quietos, son algunos de los objetivos de las ciencias sociales y en particular del psicoanálisis.

Hoy podemos hablar del espacio público desde una mirada más abarcativa e incluir el pequeño-gran mundo de las redes sociales vía Internet, como un nuevo espacio-tiempo en donde lo privado se hace público.

Desde la revolución industrial hasta no hace mucho, existía, como representación social aceptada, un antagonismo entre lo público y lo privado, y en donde este último se imponía en todas las pulseadas y de hecho, cientos de discursos ideológicos denunciaban el avance de lo privado sobre lo público.

Lo público fue, durante más de 2000 años, el corazón de la polis. Quien lo dominaba y regía, se hacía con la construcción social del discurso y por ende del poder.

Aún hoy en muchos lugares del planeta, los factores de poder se apropian de lo público impunemente, pero en estos últimos 10 años comenzó un proceso inverso…

El ser humano, en su necesidad ancestral y gregaria, buscó incansablemente ser reconocido e incluído en un grupo. Nacemos con la necesidad orgánica y social de lo grupal. Por ejemplo la Antropología ha estudiado cabalmente los efectos negativos a nivel social y biológico del exilio forzado, desde nuestra vida en las cuevas hasta las primeras etapas de chamanismo primitivo.

En esta época de soledades e individualismo, buscamos ser reconocidos e incluidos, en algún grupo, en cualquier grupo o simplemente que me vean en una pantalla, sería la garantía, para muchos seres humanos, de existir…

Si las instituciones clásicas como la familia, la religión, la política partidaria, el mundo del trabajo, incluso la democracia representativa, se encuentran en retroceso y metamorfosis, ciertas garantías de existencia estarían desapareciendo para el sujeto del siglo XXI.

Y es desde estas carencias, que se ha iniciado una búsqueda desesperada por “eso” que los psicoanalistas Lacanianos denominan consistencia subjetiva o garantía de ser. En cualquier encuentro familiar podemos comprobar que para muchísimos adolescentes y jóvenes lo que no aparece en una pantalla no existe.

Hoy se nos está imponiendo, lenta pero sostenidamente, el imperativo exhibicionista de mostrar nuestra privacidad. No voy a ahondar en detalles que todos conocemos, pero basta ver cualquier cuenta de face-book, instagram o twitter, para adentrarnos en la vida íntima de muchísimas personas.

Ya no alcanzan las fotos, los gustos o los datos personales, también mostramos lo que sentimos, relatamos nuestros estados de ánimo, nuestras frustraciones y lo que es mas interesante, escribimos en un muro… de los lamentos?, ¿será este el nuevo oráculo de filipos, en donde los mortales escribían en un muro de piedra sus pedidos y preguntas a los dioses? ¿Habrán estudiado los creadores de facebook mitos y leyendas ancestrales?

Realmente no importa. Lo que si importa es cuestionar esta modalidad obscena que una parte de la sociedad está recreando alegremente.

El uso adictivo de las redes sociales nos permite pensar la obscenidad como la imposición de lo íntimo a otros, y el exhibicionismo como el ofrecimiento de lo íntimo a mirones que están deseosos de revolver y chusmear en lo privado.

Es deber de todo ciudadano y en especial de quienes trabajamos lo familiar y lo social, advertir que cuando el estado o las corporaciones avanzan sobre lo privado, directa o solapadamente, el control social se facilita.

Imaginemos si en los años´30 el fascismo Italiano, Alemán o Ruso , hubiesen contado con el control de datos de las redes sociales…

Por último para quienes disienten conmigo, les aclaro que no se trata de oponerse a las redes sociales o al uso de la tecnología, sino de recordarles que la red funciona si motoriza el encuentro real de seres humanos para una transformación personal, familiar y social…todo lo otro es pura soledad y narcisismo.

Nuestra subjetividad es privada, es decir está privada de ser objeto de otros, privada de ser comercializada por otros y está privada de ser acallada por otros…

Lic. Esteban Gómez, Psicoanalista UBA

M.N. 25.591 M.P. 25.668

Publicado el domingo 4 de marzo de 2018

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