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El arzobispo de la arquidiócesis de Mercedes Luán, en su predicación durante el Te Deum del 25 de mayo de 2016 en la Catedral de Mercedes.

Estamos cumpliendo y actualizando en esta Iglesia Catedral una venerable tradición criolla.

Desde los inicios de nuestra vida independiente las autoridades civiles solicitan a los pastores de la Iglesia que en las Fiestas Patrias oficien el Te Deum para agradecer a Dios la providencia ejercida sobre nuestro pueblo y sobre su historia y para invocar con esperanza su protección en el futuro. ¡Quiera el Dios de la Paz aceptar benignamente este gesto de adoración, de alabanza y de súplica que es expresión de nuestra fe!

Después de escuchar la lectura del buen samaritano, miramos a tantos hermanos caídos a la vera del camino y escuchamos tantas voces.

Es la voz del desocupado, del que se quedó sin trabajo, del que no tiene salud, de los jóvenes que no tienen acceso a la educación, de los que sufren por la droga, es el grito del pueblo que clama a los Señores Magistrados de la Justicia, para que en nuestra Patria se termine con la corrupción, con la impunidad, y con la inseguridad, que tanto nos aflige a todos.

Pero confiados en Dios y seguros de los recursos de tantos argentinos de buena voluntad, miramos nuestra historia y hoy celebramos y disfrutamos, lo que otros contribuyeron y nos dejaron, entregando sus vidas y quedando presente sus obras. Y también nosotros queremos empeñarnos por una Patria mejor.

Queremos recordar el 1810, el 1910 y celebrar el 2016, el bicentenario de nuestra Patria.

Ella se gestó con ideales, con voluntad firme, la gestaron hombres y mujeres de distintas profesiones, lograron esta gesta de mayo, que fue una incipiente comienzo de la conciencia patriótica, aquel Mayo de los argentinos, nos congrega para dar gracias por los dones de Dios Padre, dones por los que nuestros padres supieron –dura y trabajosamente- vivir, luchar y morir.

Estamos llamados a construir la Patria, y ella se construye con el esfuerzo de todos, con los carismas que Dios ha puesto en cada persona y que debemos organizarnos de tal manera para que funcione coordinadamente. Que nadie quede excluido.

Por último, el Bicentenario no es sólo mirar el pasado en actitud de simple conmemoración, es también, y de modo primordial, auscultar el presente y mirar el futuro.

En este caso es recoger las fuerzas del origen, expresadas en la Revolución de Mayo y en el Congreso de Tucumán, para afrontar con creatividad y entereza los múltiples desafíos del presente que son perentorios, impostergables. Y con la fuerza propia de la utopía soñar y realizar, entre todos, una Argentina mejor, más humana, hermanada y habitable, amante del diálogo y de los amplios consensos constructivos.

Este es el “espíritu” con que los argentinos debemos celebrar y adherirnos al Bicentenario Patrio. Por eso gozamos en esta nueva celebración de nuestra Patria. 25 de mayo…

El sol del 25 suele ser un sol pálido, furtivo, lejano, como corresponde al otoño y para honrar cabalmente, con su presencia esquiva, aquel primer 25 de mayo, que debe de haber sido nublado y lluvioso. El después famoso sol del veinticinco, que entonces tímidamente se asomaba, era símbolo de las energías de un pueblo que se había encontrado a sí mismo al enfrentarse con las principales potencias de la tierra.

¡Cómo quisiéramos que hoy, se repita aquel prodigio, y que se cumpla en nosotros! Que el Señor escuche nuestra voz, que por nuestra súplica asome triunfante de las brumas el sol del veinticinco. Que alumbre nuestro cielo y convierta el prematuro crepúsculo en pleno y ardiente mediodía.

El Te Deum de las fechas patrias es confesión de fe, canto agradecido de alabanza, súplica humilde que la Iglesia presenta por el pueblo, interpretando su última esperanza: “Salva a tu pueblo, Señor, y bendice a tu herencia; apaciéntalos y sé su guía en este año del Bicentenario y para siempre”.

Que María Santísima, nuestra Madre, en su advocación de Luján, que lleva 386 años escuchándonos y acompañándonos en nuestro peregrinar en este suelo patrio, interceda a nuestro favor una vez más, para que podamos hacer realidad la Patria que todos anhelamos, la patria que soñaron nuestros mayores. Así sea.

Publicado el jueves 26 de mayo de 2016

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